Proyecto Voley - Día 8 (15/08)

El entrenamiento en esta ocasión se dio normalmente, no pasó nada extraordinario que valga la pena mencionar. Al inicio practicamos remates, para lo cual, pude notar que me faltaba práctica, ya que varios balones se estrellaban contra la malla de vóley cuando le pegaba a la pelota. Al inicio eso me frustró un poco, ya que no me salían las jugadas, mi cuerpo pensaba en realizar movimientos que mi cuerpo era incapaz de seguir. Tras varios intentos fui entrando en calor y logré los remates, era cuestión de acostumbrarme al peso de la pelota y mis movimientos; con esta pequeña experiencia logré seguir desarrollando mi perseverancia y audacia, pues me enfrenté a las dificultades y las afronté a mi manera, variando un poco cada intento, cambiando la altura a la que levantaba la pelota para el remate.

Nuevamente, disfruté interactuando con los chicos. Debo decir que cada vez me llevo mejor con ellos y, si bien puede que sea porque algunos de ellos son amigos de mi hermano, creo que en su gran mayoría se debe a lo mucho que me he esforzado por formar ese vínculo. Con esto estoy mejorando mis habilidades como buena comunicadora, pues por momentos es necesario decirles qué están haciendo mal y qué pueden hacer para mejorar, con lo que debo encontrar la mejor manera de comunicárselos sin que se ofendan o lo tomen a mal, dependiendo de su carácter y disposición a sugerencias; y en otros casos son ellos los que me preguntan qué hacer en determinados casos, por lo que debo explicarles.




Algo que me hizo sentir muy feliz fue que, de manera progresiva los chicos van involucrándose más en el juego, ya no actúan como al comienzo, cuando no corrían por la pelota, cuando no se tomaban en serio cada punto. Es por eso que ahora los puntos duran más, ellos ya son capaces de responder nuestros ataques y armar sus propios remates.

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